domingo, 16 de septiembre de 2012

EL ENGAÑO DE LA CIENCIA.. BUENA VOLUNTAD


Publico este recopilacion de trabajos extraidos de los boletines de este año de la organizacion "Buena Voluntad Mundial". Se trata de comentarios de  libros y conferencias realizadas por pensadores venidos de todas las ramas del saber humano y de caracter internacional. 

 The Science Delusion: Freeing the Spirit of Enquiry (El engaño de la ciencia: liberando el espíritu inquisitivo) de Rupert Sheldrake. Coronet Books (Hodder & Toughton), tapas duras, 392 páginas, www.hodder.co.uk 
En su último libro, Rupert Sheldrake, el célebre biólogo y autor de más de 80 artículos técnicos y diez libros, desafía los dogmas de la “perspectiva mundial científica” –el sistema de creencias que rige el pensamiento científico convencional. Lo hace en un espíritu imparcial de investigación científica, cuestionando y desafiando “el credo científico” –esas creencias esenciales que la mayoría de los científicos dan por sentadas y que se basan en una visión materialista del universo. Propone nuevas vías de investigación, teniendo en mente su visión de que la ciencia materialista es “propensa a
sufrir una sensación de desconexión y aislamiento”, creyendo que ha respondido a todas las cuestiones fundamentales.

Sheldrake señala que la investigación científica es ahora una enorme industria, con más de siete millones de investigadores por todo el mundo que generan 1,58 millones de publicaciones al año; sostiene que es más probable que se produzcan descubrimientos genuinamente nuevos si la investigación no resulta limitada por las creencias, dogmas y tabúes actuales.
Sheldrake plantea la cuestión intrigante de si, basándonos en unos pocos cientos de años de investigación científica, podemos tener la certeza de que las leyes de la naturaleza sean fijas. Algunas de las creencias y dogmas actuales analizados en el libro incluyen: la idea de que el universo es una máquina en contraste con un organismo vivo; la teoría del Modelo Estándar de cosmología en el que actualmente la “energía oscura” es responsable de aproximadamente el 73% de la materia y energía del universo, y la idea de que el proceso evolutivo entero carece de propósito.

Sheldrake explora la teoría de la resonancia mórfica, según la cual los humanos, animales y plantas heredan características por medio de la memoria colectiva de la especie, en contraste con la teoría materialista, que afirma que las memorias se almacenan en el cerebro, borrándose tras la muerte. También analiza la controversia sobre el cerebro medio, en particular la visión científica convencional de que la actividad mental es únicamente actividad cerebral, limitando la mente al cerebro. Asimismo hay capítulos informativos sobre la evidencia de fenómenos psíquicos o telepatía, y un argumento para preferir un enfoque inclusivo e integrador de la medicina a un sistema totalmente mecanicista.

Sheldrake reconoce que el conocimiento científico ha traído grandes beneficios a la humanidad, aunque el poder liberado por el conocimiento científico también ejerce efectos adversos sobre el medioambiente. Este libro es una excelente contribución a una visión científica nueva y más abierta del mundo, que desafía los dogmas y creencias existentes sobre la naturaleza de la Vida y del universo.


En el espíritu de investigación libre y abierto recomendado por Sheldrake en The Science of Delusion, unos cuantos científicos están explorando nuevas fronteras del conocimiento. Por ejemplo, el Scientific and Medical Network (www.scimednet.org) es un grupo que existe con el compromiso explícito de proporcionar un foro seguro para el debate crítico y abierto de ideas que van más allá de
los paradigmas convencionales en ciencia, medicina y filosofía.
Una de las moléculas más simples del universo, combinando dos de sus elementos más comunes, el hidrógeno y el oxígeno, es el agua. En peso, supone más de la mitad de cada ser humano, y es esencial para toda la vida orgánica. A pesar de su simpleza, algunas de las propiedades del agua son altamente inusuales –un conocido ejemplo es el hecho de que el hielo sea menos denso que el agua líquida. Este fluido vital ha atraído a unos cuantos investigadores a lo largo de los años: uno de los primeros
pioneros fue el austriaco Viktor Schauberger, quien exploró la naturaleza de los vórtices de agua. Los últimos trabajos realizados, analizando las propiedades eléctricas del agua, están desarrollándose actualmente en la universidad de Washington, bajo el liderazgo del Dr. Gerald Pollack, profesor de bioingeniería. Su trabajo desafía varias ortodoxias científicas, incluída la noción de que las cargas eléctricas positiva y negativa pueden mantenerse separadas en el agua.



Pollack se ha centrado principalmente en la interacción entre las superficies y la capa de agua que está
inmediatamente por debajo de estas. Habiendo empleado una gran variedad de técnicas para investigar esta capa, Pollack y su grupo han llegado a la inesperada conclusión
de que existe un alto grado de estructuración en la capa de agua contigua a ciertas superficies, cuyo espesor es de varios millones de moléculas. Este “agua estructurada” se comporta de forma muy diferente a la masa de agua. Una de las observaciones más interesantes es que la diferencia
de carga que existe entre el agua estructurada y la masa crea una batería. Este efecto puede estar implicado en una de las reacciones bioquímicas mas importantes –y más efectivas– del planeta, la fotosíntesis. La amplia trascendencia del trabajo de Pollack exige investigaciones adicionales. Por ejemplo: si es cierto que existe un porcentaje de agua estructural en las células de todo organismo vivo, y que este porcentaje puede incrementarse con la aplicación de energía radiante, surgen implicaciones respecto a la sanación mediante el uso del espectro electromagnético. Pollock también conjetura que la estructuración del agua por la radiación podría haber estado implicada en los orígenes de la vida en nuestro planeta. Para más información sobre el trabajo del Dr. Pollack, visite http://faculty.washington.edu/ghp/


Finalmente...El  físico holandés Mintze van der Velde, en una ponencia en Suiza, informó sobre la investigación científica y su relación con las necesidades actuales. Observó que en nuestra actual
civilización, la ciencia ha llegado a ocupar una posición de autoridad parecida a la de la iglesia cristiana en la Edad Media, y que este hecho presentaba sus propios riesgos.
Aparentemente, la mayoría de los científicos todavía no entienden los nuevos desafíos a los que se enfrenta la humanidad, ni trabajan de una forma libre de patrones económicos e institucionales. Sus proyectos están sometidos en su mayor parte a los dictados de las grandes compañías que los
financian. Y ello lleva a la pregunta: ¿es éste el fin de la civilización humana; o es que esta crisis será una gran oportunidad para un cambio real de la consciencia humana?




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