miércoles, 6 de abril de 2016

El TDAH. UNA SINIESTRA FALACIA


El TDAH no existe, y la medicación no es un tratamiento, sino un dopaje. 

Esta es la conclusion de varios trabajos e investigaciones realizados por especialistas. Este articulo se suma a la anterior entrada del blog. Y merece desde luego nuestra reflexion. La alarma social es grande. Millones de niños pueden estar en peligro. Los riesgos de esta medicacion son notorios.

CARLOTA FOMINAYA. ABC.ES / MADRID 20/10/2014

«No existe. El TDAH es un diagnóstico que carece de entidad clínica, y la medicación, lejos de ser propiamente un tratamiento es, en realidad, un dopaje». Esta es la sentencia de Marino Pérez, especialista en Psicología Clínica y catedrático de Psicopatología y Técnicas de Intervención en la Universidad de Oviedo, además de coautor, junto a Fernando García de Vinuesa y Héctor González Pardo de «Volviendo a la normalidad», un libro donde dedican 363 páginas a desmitificar de forma demoledora y con todo tipo de referencias bibliográficas el Trastorno por Déficit de Atención con y sin hiperactividad y el Trastorno Bipolar infantil. Lo que sí que existe, y es a su juicio muy preocupante, es el fenómeno de la «patologización de problemas normales de la infancia, convertidos en supuestos diagnósticos a medicar».

-En «Volviendo a la normalidad», ustedes ponen el dedo en la llaga, al asegurar que el llamado Trastorno por Déficit de Atención, con o sin Hiperactividad (TDAH), no existe.

-El TDAH es un diagnóstico, cada vez más popularizado, que carece de entidad clínica. Para empezar, no se establece sobre criterios objetivos que permitan diferenciar el comportamiento normal del supuestamente patológico, sino que se basa en apreciaciones subjetivas, en estimaciones de los padres del tipo de si «a menudo» el niño se distrae y se mueve mucho. Más que nada, el diagnóstico es tautológico. Si un padre preguntara al clínico por qué su hijo es tan desatento e inquieto, probablemente le respondería porque tiene TDAH, y si le preguntara ahora cómo sabe que tiene TDAH, le diría porque es desatento e inquieto. Por lo demás, insisto, no existe ninguna condición neurobiológica ni genética indenficada, y sí muchas familias donde no se asume que la educación de los niños es más difícil de lo que se pensaba.

-¿Quiere decir que no hay ninguna prueba médica que lo demuestre?

-No. No existen pruebas clínicas ni de neuroimagen (como TC, RM, PET, etc) ni neurofisiológicas (EEG, ERP) o test psicológicos que de forma específica sirvan para el diagnóstico. Lo que nosotros decimos en esta obra, con toda seguridad, es que no hay ningún biomarcador que distinga a los niños TDAH. No se niega que tengan problemas, pero son niños, que tienen curiosidad y quieren atender a lo que sea, moverse. A sentarse es algo que hay que aprender. No existe ninguna alteración en el cerebro.

-Pero los expertos en TDAH afirman que este trastorno mental/psiquiátrico del neurodesarrollo conlleva ciertas particularidades cerebrales, y niveles anormales de sustancias neurotransmisoras.

-Pudiera haber diferencias en el cerebro, como es distinto el cerebro de un músico al de otro que no lo es. Incluso el de un pianista a un violinista. Pero esa diferencia del cerebro no es la causa. El cerebro es plástico y puede variar su estructura y su funcionamiento dependiendo de las exigencias y condiciones de vida. Un ejemplo muy famoso es del hipocampo cerebral de los taxistas de Londres. Cuantos más años de profesionalidad, más alterada es esa estructura cerebral. ¿Por qué? Porque está relacionada con el recuerdo y la memoria espacial, como es requerido para ser taxista en una ciudad de 25.000 calles como Londres. Lo que se pueda observar diferencial en el cerebro de quien sea, en este caso de niños a los que se diagnostica TDAH, no explica que esa sea la causa del supuesto trastorno, si no que los niños sean más activos e inquietos. Pero algunos padres se agarran o podrían estar interesados en encontrar una diferencia cerebral en los niños que les justifique o exima de responsabilidad en lo que le pasa al niño. Insisto, no hay ningún clínico ni ninguna prueba de neuroimagen que pueda validar un diagnóstico, como no hay evidencia que demuestre que los niveles cerebrales de dopamina o noradrelina sean anormales en niños con este diagnóstico.

-Ustedes también recogen en su obra que muchos clínicos, y hasta laboratorios farmacéuticos, que reconocen que no hay biomarcadores específicos.

-Cualquiera que esté al tanto de las investigaciones no puede dejar de reconocer que en realidad no hay biomarcadores específicos por los que se pueda diagnosticar ese TDAH como una entidad clínica diferencia. En España hay multitud de expertos en el tema que después de defender que es un trastorno bioneurológico, reconocen que no hay bases neurológicas establecidas para el diagnóstico. Y sin embargo mantienen ese discurso. Casualmente, suelen ser personas con conflictos de intereses reconocidos y declarados, que han recibido y está recibiendo ayudas y subvenciones y todo tipo de privilegios de diversos laboratorios. Es decir, muy a menudo los defensores del TDAH mantienen esa retórica a pesar de que no hay evidencia, por un conflicto de intereses que les lleva a sesgar la información por el lado de lo que desean que hubiera en base a los intereses de hacer pasar el trastorno como si fuera una enfermedad que hubiera que medicar.

-La realidad es que el TDAH se acaba de reconocer en la flamente Ley orgánica para la mejora educativa (LOMCE).

-Las instancias políticas, empezando por el Parlamento Europeo, con su «libro blanco» sobre el TDAH, y terminando por su inclusión en la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), puede que estén dando carta de naturaleza a algo cuya naturaleza, valga la redundancia, está por determinar y que, de hecho, es controvertida. Se está reclamando que se hagan las dotaciones adecuadas que contempla la ley como son ayudas, subvenciones, e incluso rebajas para la adquisición de los libros de texto, ventajas para acceder a becas, quien sabe si hasta para acceder a la Universidad. Mientras, los lobbies de la industria farmacéutica se estarán frotando las manos, viendo como los políticos «trabajan» a su favor. Los políticos creerán que han hecho lo políticamente correcto pero, de acuerdo con lo dicho, sería incorrecto científicamente.

-Usted augura que, a partir de este reconocimiento, habrá muchos interesados en que el niño reciba un diagnostico formal de TDAH.

-Si. Esto mismo que ha pasado en España, de que la Ley otorgue cobertura legal al TDAH, se vio con anterioridad en 1997 en Quebec (Canadá). Allí hicieron un estudio de seguimiento de diagnósticos durante los 14 años siguientes y se encontró que en esa provincia canadiense en concreto, y a diferencia del resto de Canadá, había aumentado exponencialmente el número de niños medicados. Un crecimiento que no se observó en otras enfermedades propiamente infantiles como el asma, donde el porcentaje se mantuvo el resto del tiempo. Además, los niños que tomaban medicación de forma continuada tenían un rendimiento más bajo a largo plazo. Y tenían a su vez otros comportamientos y otras alteraciones como ansiedad y depresión.

-Los efectos secundarios de la medicación es algo que ustedes también citan en esta obra, al señalar que los padres no son muy conscientes de los mismos.

-La utilidad de la medicación, hasta donde lo es, no se debe a que esté corrigiendo supuestos desequilibrios neuroquímicos causantes del problema, como se da a entender, sino a que el propio efecto psicoactivo de la droga estimulante puede aumentar la atención o concentración, como también lo hacen el café o las bebidas tipo Red Bull. La medicación para el TDAH no es, en rigor, un tratamiento específico, sino un dopaje: es la administración de fármacos o sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento. En cuanto a la salud, estas anfetaminas lo que producen es un efecto inmediato (si es continuado) de aumento de la presión sanguínea y cardiaca, que les puede llevar a tener a la larga más riesgos cardiovasculares. Tampoco les debería sorprender su efecto sobre el retraso del crecimiento. La cuestión es saber que pasa tras años de medicación.

-Si el TDAH no es un cuadro clínico, pero sí un problema de conducta, ¿qué pueden hacer los padres afectados?

-Lo dificil hoy en día es que los padres puedan tener una atención más continuada y sosegada con los niños. Pero la atención y la actividad se pueden aprender, y mejorar. Hay estudios hechos y publicados en la versión americana de Mente y Cerebro con niños pequeños abocados o candidatos a recibir el diagnóstico. Se les enseñaba a los padres a realizar diversas tareas con esos pequeños, con el objeto de educar la atención y su impulsividad. Y se ha comprobado que con estas actividades consistentes en juegos tipo «Simon dice», donde uno tiene que esperar a responder cuando se le pide algo, se ha logrado que los niños mejoren y controlen la impulsividad o los comportamientos que les abocaba al TDAH.

-Mientras tanto, usted señala que las asociaciones de afectados tienen publicidad en sus webs de los laboratorios farmacéuticos implicados en la fabricación de los medicamentos.

-Si usted echa un vistazo a alguna de ellas lo podrá comprobar por usted misma. En mi opinión, las asociaciones de padres y afectados por el TDAH, si no quieren hacerle el juego a otros intereses, debieran tener prohibido en sus estatutos recibir financiación de los fabricantes de medicación, y utilizar como divulgación sus explicaciones y panfletos. Es como si ponemos al lobo a cuidar de las ovejas. Aunque los laboratorios reciban cuantiosas multas por la inapropiada promoción de sus preparados y afirmaciones engañosas acerca de su eficacia, como los 56.5 millones de dólares que tendrá que pagar el principal fabricante de medicamentos para el TDAH, no será nada comparado con los 1.200 millones de dólares que tiene previsto ganar en 2017 con uno de ellos. De estas cosas también hay que hablar cuando se habla de TDAH.

-¿Recomendaría usted alguna lectura a padres preocupados?

-A los padres de niños diagnosticados con TDAH les aconsejaría, sobre todo, que no aceptaran guías cuyos autores y asesores tengan conflictos de intereses con las industrias farmacéuticas. Que busquen guías independientes que cuenten la verdad de lo que se sabe del TDAH y de las implicaciones que tiene la medicación. En España el Boletín de Información Farmacoterapéutica de Navarra ha editado una que se titula Atentos al Déficit de Atención (TDAH) entre la naturaleza incierta y la prescripción hiperactiva. Es una guía que puede ser muy útil para que los padres sepan a qué atenerse o que esperar de los fármacos. Y que ellos decidan.

domingo, 27 de marzo de 2016

LA PSIQUIATRÍA ESTA EN CRISIS



POR ROBERT WHITAKER | 
PERIODISTA DE INVESTIGACIÓN

El periodista norteamericano recopiló estudios científicos para evidenciar que los trastornos mentales no se deben a alteraciones químicas del cerebro.

Entrevista de Joseba Elola para El País Madrid 07.02.2016

Todo empezó con dos preguntas. ¿Cómo es posible que los pacientes de esquizofrenia evolucionen mejor en países donde se les medica menos, como India o Nigeria, que en países como Estados Unidos? ¿Y cómo se explica, tal y como proclamó en 1994 la Facultad de Medicina de Harvard, que la evolución de los enfermos de esquizofrenia empeorara con la implantación de medicaciones, con respecto a los años setenta? Estas dos preguntas inspiraron a Robert Whitaker para escribir una serie de artículos en el Boston Globe —finalista en el Premio Pulitzer al Servicio Público— y dos polémicos libros. El segundo, Anatomía de una epidemia, que ahora edita, actualizado, Capitán Swing en España, fue galardonado como mejor libro de investigación en 2010 por editores y periodistas norteamericanos.

En el curso de esa indagación, usted presenta una cascada de datos demoledores: en 1955 había 355.000 personas en hospitales con un diagnóstico psiquiátrico; en 1987, 1.250.000 recibían pensiones en EE UU por discapacidad debida a enfermedad mental; en 2007 eran 4 millones. El año pasado, 5. ¿Qué estamos haciendo mal?

Whitaker (Denver, Colorado, 1952) se presenta, humildemente, las manos en los bolsillos, en un hotel de Alcalá de Henares. Su cruzada contra las pastillas como remedio de las enfermedades mentales no va por mal camino. Prestigiosas escuelas médicas ya le invitan a que explique sus trabajos. “El debate está abierto en EE UU. La psiquiatría está entrando en nuevo periodo de crisis en ese país porque la historia que nos ha contado desde los ochenta ha colapsado”.

Pregunta. ¿En qué consiste esa historia falsa que, dice usted, nos han contado?

Respuesta. La historia falsa en EE UU y en parte del mundo desarrollado es que la causa de la esquizofrenia y la depresión es biológica. Se dijo que se debían a desequilibrios químicos en el cerebro; en la esquizofrenia, por exceso de dopamina; en la depresión, por falta de serotonina. Y nos dijeron que teníamos fármacos que resolvían el problema como lo hace la insulina con los diabéticos.

P. En Anatomía de una epidemia viene a decir que los psiquiatras aceptaron la teoría del desequilibrio químico porque prescribir pastillas les hacía parecer más médicos, los homologaba con el resto de la profesión.

R. Los psiquiatras, en Estados Unidos y en muchos otros sitios, siempre tuvieron complejo de inferioridad. El resto de médicos solían mirarlos como si no fueran auténticos médicos. En los setenta, cuando hacían sus diagnósticos basándose en ideas freudianas, se les criticaba mucho. ¿Y cómo podían reconstruir su imagen de cara al público? Se pusieron la bata blanca, que les daba autoridad. Y empezaron a llamarse a sí mismos psicofarmacólogos cuando empezaron a prescribir pastillas. Mejoró su imagen. Aumentó su poder. En los ochenta empezaron a publicitar su modelo y en los noventa la profesión ya no prestaba atención a sus propios estudios científicos. Se creyeron su propia propaganda.

P. Pero esto es mucho decir, ¿no? Es afirmar que los profesionales no tuvieron en cuenta el efecto que esos fármacos podían tener en la población.

R. Es una traición. Fue una historia que mejoró la imagen pública de la psiquiatría y ayudó a vender fármacos. A finales de los ochenta se vendían 800 millones de dólares al año en psicofármacos; 20 años más tarde se gastaban 40.000 millones.

P. Y ahora afirma usted que hay una epidemia de enfermedades mentales creada por los propios fármacos.

R. Si se estudia la literatura científica se observa que ya llevamos 50 años utilizándolos. En general, lo que hacen es aumentar la cronicidad de estos trastornos.

P. ¿Qué le dice usted a la gente que está medicándose? Algunos tal vez no la necesiten, pero otros tal vez sí. Este mensaje, mal entendido, puede ser peligroso.

R. Sí, es verdad, puede ser peligroso. Bueno, si la medicación le va bien, fenomenal, hay gente a la que le sienta bien. Además, el cerebro se adapta a las pastillas, con lo cual retirarla puede tener efectos severos. De lo que hablamos en el libro es del resultado en general. Yo no soy médico, soy periodista. El libro no es de consejos médicos, no es para uso individual, es para que la sociedad se pregunte: ¿hemos organizado la atención psiquiátrica en torno a una historia que es científicamente cierta o no?

El recorrido de Whitaker no ha sido fácil. Aunque su libro esté altamente documentado, aunque fuera multipremiado, desafió los criterios de la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) y los intereses de la industria farmacéutica.

Pero, a estas alturas, se siente recompensado. En 2010, sus postulados eran vistos, dice, como una “herejía”. Desde entonces, nuevos estudios han ido en la dirección que él apuntaba —cita a los psiquiatras Martin Harrow o Lex Wunderink; y apunta que el prestigioso British Journal of Psychiatry ya asume que hay que repensar el uso de los fármacos—. “Las pastillas pueden servir para esconder el malestar, para esconder la angustia, pero no son curativas, no producen un estado de felicidad”.

P. ¿Vivimos en una sociedad en la que necesitamos pensar que las pastillas pueden resolverlo todo?

R. Nos han alentado a que lo pensemos. En los cincuenta se produjeron increíbles avances médicos, como los antibióticos. Y en los sesenta, la sociedad norteamericana empezó a pensar que había balas mágicas para curar muchos problemas. En los ochenta se promocionó la idea de que si estabas deprimido, no era por el contexto de tu vida, sino porque tenías una enfermedad mental, era cuestión química, y había un fármaco que te haría sentir mejor. Lo que se promocionó, en realidad, en Estados Unidos, fue una nueva forma de vivir, que se exportó al resto del mundo. La nueva filosofía era: debes ser feliz todo el tiempo, y, si no lo eres, tenemos una píldora. Pero lo que sabemos es que crecer es difícil, se sienten todo tipo de emociones y hay que aprender a organizar el comportamiento.

P. Buscamos el confort y el mundo se va pareciendo al que describió Aldous Huxley en Un mundo feliz...

R. Desde luego. Hemos perdido la filosofía de que el sufrimiento es parte de la vida, de que a veces es muy difícil controlar tu mente; las emociones que sientes hoy pueden ser muy distintas de las de la semana o el año que viene. Y nos han hecho estar alerta todo el rato con respecto a nuestras emociones.

P. Demasiado centrados en nosotros mismos...

R. Exacto. Si nos sentimos infelices, pensamos que algo nos pasa. Antes la gente sabía que había que luchar en la vida; y no se le inducía tanto a pensar en su estado emocional. Con los niños, si no se portan bien en casa, en el cole o no tienen éxito, se les diagnostica déficit de atención y se dice que hay que tratarlos.

P. ¿La industria o la APA están creando nuevas enfermedades que en realidad no existen?

R. Están creando mercado para sus fármacos y están creando pacientes. Así que, si se mira desde el punto de vista comercial, el suyo es un éxito extraordinario. Tenemos pastillas para la felicidad, para la ansiedad, para que tu hijo lo haga mejor en el colegio. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad es una entelequia. Antes de los noventa no existía.

P. ¿La ansiedad puede desembocar en enfermedad?

R. La ansiedad y la depresión no están tan lejos la una de la otra. Hay gente que experimenta estados avanzados de ansiedad, pero estar vivo es muchas veces estar ansioso. Empezó a cambiar con la introducción de las benzodiacepinas, con el Valium. La ansiedad pasó de ser un estado normal de la vida a presentarse como un problema biológico. En los ochenta, la APA coge este amplio concepto de ansiedad y neurosis, que es un concepto freudiano, y empieza a asociarle enfermedades como el trastorno de estrés postraumático. Pero no hay ciencia detrás de estos cambios.

sábado, 26 de marzo de 2016

EL VIEJO SE FUE

EL VIEJO SE FUE
(solo nos visita en sueños)




Vuelvo con ganas de profundizar y reflexionar. Y para romper el hielo...
Comienzo de modo un tanto familiar. Es un pequeño homenaje. Si, fueron casi 16 años. El Viejo Timón, la palmo. Hace ya una semana. Y se nota. La verdad es que fue el gato mas hermoso y con el peor carácter jamas conocido. Como decía mi hija, tan guapo como amargado. 
Ni la mas mínima duda, los gatos tienen alma. Ademas de muchas vidas.
El vacío fue llenado por Tupi. Ella es tan diferente. Esta aunque no la veas. Es sutil, silenciosa, treméndamente tímida y mimética. En resumen, adorable.

La reflexión viene a colación, con que a fin de cuentas, nuestro vehículo físico es solo un disfraz. Todos hemos de dejarlo algún día. El cascaron donde habitamos se desintegra con el tiempo. Es su programación. Todos hemos de partir al lugar de donde surgimos. Al lugar que habitamos incluso antes de que nuestra madre naciera... La energía, el alma que decían los "antiguos" esta "detrás" de la apariencia. De algún modo se deja percibir con su modo de expresar, de sentir...
Feliz transito, querido "Viejo"!

domingo, 30 de marzo de 2014

PRINCIPIOS EN EL PROCESO TERAPEUTICO

LOS 10 DE PRINCIPIOS BASICOS del PROCESO TERAPEUTICO desde la BIOSINTESIS por DAVID BOADELLA

1.- Mantener la polaridad entre el Dar y el Recibir. Es mas “estar con alguien” que “por alguien”. La relación terapéutica no es la de alguien  que actúa sobre alguien que recibe. La figura del terapeuta se distancia así de la del medico tradicional, y se acerca mas a la de un compañero que guia en un viaje –tomando la imagen que ofrece Mahoney (1991) al modo de Virgilio respecto a Dante.

2- Poner el énfasis en el contacto, mas que en la cantidad de energia generada a través de intervenciones, puesto que los procesos saludables se caracterizan mas por un buen contacto que por una energia muy intensa. Si el contacto es bueno, generará la energia necesaria. Se evita asi una intensificación oportunista de energia indiscriminada que puede inducir a la psicosis (bajo contacto y alta energia)

3- Mantener el equilibrio entre escuchar y protagonizar. Ello implica tanto la escucha del cliente como la escucha propia, sin precipitación en el actuar sin haber escuchado lo suficiente, tanto respecto al cuerpo del cliente como respecto al propio cuerpo del terapeuta, y la resonancia que el cliente esta produciendo en el.

4- Hacer del contacto el contenido de la sesión. Para Boadella, el contenido de la sesión viene dado por el contacto (del cliente consigo mimo y de la relación cliente-terapeuta)

5- Respeta el grado de maduración del proceso, sin provocar una explosion catartica antes de que la persona este preparada. En Biosíntesis la coraza puede eliminarse: bien por ruptura (catarsis, como en Bioenergetica) bien por disolución, de modo suave. Cada una de estas formas es adecuada a un tipo de persona y momento. Hoy, en estos tiempos, a menudo se trata de crear cierta coraza que permita un manejo eficiente de la realidad.

6- Distinguir entre invitación y expectativas, es decir: no se trata de que el terapeuta obligue al cliente a que cumpla sus expectativas de ir contra la resistencia, sino de invitar al cliente a dejarla de lado.

7- Mantener la relación entre juego y trabajo, de forma que no se trata tanto de centrarse en los resultados a obtener sino de dejar fluir el proceso. A ello contribuirá la concepción de que la enseñanza se puede realizar desde el juego, dejándose llevar por la curiosidad y la exploración de movimientos.

8- Cuidar la relación entre sentimiento y emocion, o sea contactar con el sentimiento que se esconde detrás de la emocion y que frecuentemente queda dentro si el terapeuta no lo atiende. Precisamente se trata de trabajar más con el sentimiento profundo que con la emocion.

9- Guardar la proporción entre lo que entra y lo que sale.  Prestar atención al equilibrio del conjunto del proceso y las polaridades del mismo (Ej. No invitar a espirar sino no se ha inhalado) No enfatizar tan solo lo que se suelta (Reich) sino atender también a lo que se acepta hacia dentro, manteniendo una relación equilibrada.

10- Mantener la visión de la persona mas alla del problema. Dado que los psicoterapeutas tratan con problemas, se corre el peligro de identificar a la persona con su problema, a la hora de trabajar con ella. Mas bien se trata de ver al individuo como misterio, con un problema cuya respuesta esta en el mismo, como un puente sin usar que el terapeuta ayuda a descubrir.


FUENTES: Corrientes de vida (Boadella).  Un modelo de integración de la dimension corporal (Ana Gimeno- Bayon)

sábado, 29 de marzo de 2014

LO QUE EL NIÑO APRENDE... El NACIMIENTO de la PERSONALIDAD


Os dejo una tablilla con los mecanismos que dan origen a los diferentes tipos de personalidad y juegan un papel fundamental en la constitución del carácter. Es Hakomi, se puede trazar sin demasiada dificultad los paralelismos con las demas clasificaciones tanto modernas como antiguas... desde lo freudiano, reichiano... hasta los DSM actuales
Lo interesante de esta, es que en su descripcion intuye cual es su naturaleza, su origen, de que modo el niño encuentra el amor que necesita, es decir, el "alimento" para crecer y vivir. 



LAS OCHO ESTRATEGIAS DE SUPERVIVENCIA EN LOS SERES HUMANOS
                                               TERAPIA HAKOMI



1ºEstrategia:             Minimiza la autoexpresión y/o el contacto con otros.
   Sensible/                  Se refugia en el pensamiento y la fantasía.
   Retraída


2ºEstrategia:             Actúa como un niño-a para conseguir apoyo. Y ser valorada.
   Dependiente
   /cariñosa


3ºEstrategia:             Moviliza su auto-apoyo y confía en sí misma, busca desafíos.
   Autosuficiente/
   Independiente


4ºEstrategia:              Esconde sus debilidades, inseguridad y miedo, aparenta dureza 
   Engañosa 1:           y fortaleza, actúa dándose importancia ante los otros.                  
  Dura/generosa
           
                                                                                 
5ºEstrategia:             Esconde sus verdaderas intenciones encandila a los demás y los usa
   Engañosa 2:           para lo que necesita.
   Encantadora/
   Manipuladora


6ºEstrategia              Fundamentalmente aguanta y espera a que todo cambie.
   Abrumada/
   Aguantadora


7ºEstrategia:             Dramatiza las cosas y los sentimientos para obtener atención
    Expresiva/             y evitar la separación dolorosa y temida.
    Aferrada


8ºEstrategia:             Trabaja duro, sigue adelante, no deja que nada la distraiga,
   Ocupada/                 se refugia en la accion. Evita sentimientos y emociones.  
   Sobrefocalizada


martes, 4 de marzo de 2014

PLENITUD DE CONCIENCIA por RON KURTZ

En los comienzos de lo que ahora se llama mindfulness, aquellos terapeutas psicocorporales, encontraron la "plenitud de conciencia" como una herramienta valiosa en el proceso terapeutico. Estos textos estan recogido por mi, del libro "Psicoterapia Centrada en el Cuerpo" de Ron Kurtz y su proceso denominado Hakomi. Sin duda uno de los libros mas vivos de psicoterapia corporal, aun despues de tanto tiempo. 


"Para estudiar la organización de la experiencia, establecemos y usamos un estado de consciencia especial llamado plenitud de consciencia. ...... es parte de todas las tradiciones transpersonales conocidas. Es un estado de consciencia muy preciso, que se caracteriza por que en él la voluntad está relajada, hay una disposición a rendirse y a aceptar a lo que está ocurriendo en el momento, un enfoque delicado y sostenido hacia adentro, una sensibilidad más aguda y una capacidad para observar y nombrar los contenidos de la consciencia. Es auto-reflexivo."

"El método básico consiste en lo siguiente: crear una relación que permite a la cliente
establecer un estado de plenitud de consciencia, evocar experiencias en ese estado de
plenitud de consciencia y procesar las experiencias evocadas. Todo lo demás que hagamos apoya este proceso primario."

"El material nuclear no es accesible a través del intelecto. Pero si lo es a través de la plenitud de consciencia y la evocación. Por esta razón trabajamos en estados no-ordinarios de consciencia."

"El estado de plenitud de consciencia es un estado especial. Es un estado de autoobservación. Es un darse cuenta de la experiencia presente de uno mismo. También es una forma especial de disponibilidad, una apertura mental, una disposición para verse afectado. Se caracteriza por un relajamiento de la voluntad. Es un estado relajado, abierto, sin defensas y quieto. En ese estado de plenitud de consciencia uno puede ser sumamente sensible. Insumos pequeños, precisos y exactos pueden lograr reacciones grandes. Esto hace posible recoger información acerca del material nuclear que sería muy difícil accesar de cualquier otra manera o tomaría mucho más tiempo hacerlo. El estado de plenitud de conciencia se establece pidiéndolo, describiéndolo si es necesario, pero sobretodo hablando y actuando de modos que lo invitan, es decir lentamente, de manera simple, directa, con una concentración focalizada y sin tensión ni juicios"

"Este viraje hacia el interior para estudiar nuestro Yo requiere condiciones especiales y una guía. Necesita tiempo y cuidado y apoyo. Para hacer la búsqueda interior necesitamos de la plenitud de consciencia y una actitud calmada, no apurada. El esfuerzo, la lucha, las metas y el enfoque hacia los logros, hacen que la atención en estado de plenitud de consciencia sea muy difícil. (Piensa en los monasterios.) El descubrimiento de uno mismo necesita una actitud meditativa. No puedes tomar al Yo por asalto. La fuerza no funciona. La fuerza hace que el hacedor de los mapas se esconda. Los usuarios de mapas son los que entran en batallas. No hay espacio para el portento y para la creación cuando las puertas de la fortaleza están sitiadas, cuando el Yo necesita defenderse. ¡No!"
 


 "En la medida en que uno ser relaja, y focaliza delicadamente su atención en la experiencia presente, la sensibilidad aumenta y los intentos de manejar la experiencia ceden el espacio a la aceptación de lo que surja. En algún momento en este proceso llegamos a un nivel de sensibilidad en el que la experiencia se vuelve intensa y emocional. Mientras uno se mantiene claro y balanceado, el surgimiento del material emocional tiene que ocurrir. La única manera de evitarlo es, sea quedándonos tensos y por lo tanto insensibles, o mirando a otra parte, para desplazar nuestra consciencia a otra cosa"


La plenitud de consciencia tiene las características siguientes: enfoca la experiencia actual; tradicionalmente, el contenido de la consciencia. No podemos estar en estado de plenitud de consciencia acerca del pasado; sólo sabemos que estamos recordando el pasado porque ese recordar ocurre en el presente. La ruta a la plenitud de consciencia es la atención centrada en el presente. La plenitud de consciencia es "intencionalmente pasiva". Deliberadamente decidimos observar la experiencia presente sin interferir con ella. En esta actitud receptiva, si la adoptamos por sólo unos momentos por vez, podemos lograr una visión interior o introvisión muy enriquecedora. Finalmente, durante el estado de plenitud de consciencia, la atención es mayormente volcada hacia adentro.

De modo que le pedí a la "cliente" que baje la velocidad y que se relaje por un momento. Vaciló un poco pero lo hizo. Le pedí que virara hacia su interior y que encontrara "qué es lo que quiere ocurrir". ¿Qué movimiento quiere ocurrir? ¿Qué expresión? ¿Qué resistencia de aquellos que la contenían se sentiría exactamente correcta? Esta pregunta cambia el lugar del control pasándolo de la terapeuta a alguna inteligencia no nombrada en el interior del cliente. No le pregunté qué era lo que ella quería sino qué es lo que quiere. Al hacer eso en realidad le estoy pidiendo que se ponga en contacto con un yo más grande en su interior. Le estoy pidiendo que relaje sus esfuerzos, que vire hacia adentro y que incremente su conciencia.

Si está de acuerdo, le sugiero que se vuelque hacia adentro, tal vez que cierre sus ojos, se relaje y advierta que ocurre cuando yo.... y hago una sonda o reconozco algo. No le pido directamente que entre en un estado de plenitud de consciencia. Le pido que entre en sí mismo diciéndole cosas como:

"simplemente observa,.. no tienes que hacer nada,.. puedes simplemente permanecer en una actitud abierta,.. permitir que mis palabras te lleguen y prestar atención a tu experiencia,.. puede que aparezca en ti un pensamiento, un sentimiento, una sensación, una imagen,.. o podría surgir un recuerdo,.. tal vez un impulso o un cambio de tensión muscular... y no está mal que no ocurra nada,.. simplemente observa lo que ocurre..."


Hablo así por unos treinta segundos o más. No hablo de una manera normal, no uso el tono y ritmo usual de conversación. Hago que el tono de mi voz, mi ritmo al hablar y las palabras que uso, estén en armonía con el estado de consciencia que deseo evocar. También lo hago cuando trabajo con la niña o cuando trabajo directamente con el inconsciente. Para estar en armonía con el estado de plenitud de consciencia, bajo mi ritmo por lo menos a la mitad de lo habitual. Uso un tono de voz suave, como si hablara a alguien que ya se encuentra en estado de trance. Uso palabras precisas y simples y frases cortas. Al ponerme a tono con el ritmo de la persona con quien trabajo, estoy observando constantemente cuán relajada y volcada hacia adentro se encuentra.



miércoles, 18 de diciembre de 2013

Yo no soy, pero el Universo es mi Yo

Para finalizar el año os dejo con un poco de filosofia advaita-vedanta, denominada tambien de la no-dualidad o adualidad. Una pequeña mencion de la wiki:

La doctrina advaita, o vedānta advaita es una rama no-dualista del hinduismo que afirma la unidad entre las almas (atman) y la divinidad (Brahman). La persona que consolidó los principios del advaita vedanta fue Adi Shankara. La doctrina advaita promueve la existencia de un ser unido a la totalidad de seres existentes, hasta tal punto que no puede hablarse de relación entre los distintos seres, sino de unidad total. Es la unión entre el sujeto que percibe y lo percibido.
La falsa apariencia de ser múltiple lo que en realidad es uno, es debido a la función mental de conceptualizar, que consiste en definir y para ello dividir en partes lo que no está dividido. Así, cuando la mente abandona el proceso de conceptualización, la realidad de ser uno se revela, sin dejar dudas, como un hecho puramente objetivo.
Ante la pregunta fundamental «¿quién soy yo?», la respuesta es la no conceptualización. La expresión «Yo soy» seguida de silencio sugiere esta respuesta.


Como vereis, es un modo interesante de activar ciertas neuronas, en la que pensamiento, imaginacion e intuicion puedan trabajar juntas...


"Yo no soy, pero el Universo es mi Yo"
 Shih T'ou, 700-790 d.C.


La ilusión primera y última (por WuWei - Terrence Gray)
Muchas personas inteligentes se ríen de la idea, para nosotros completamente evidente, de que el yo no existe. ¿Por qué razón?
Porque están condicionadas a concebir el yo como si fuera un objeto y los objetos parecen dotados de existencia.                                                                                                                           
¿Por qué no se percatan de que el yo jamás puede ser un objeto?
Porque están condicionados a mirar hacia el exterior y sólo podrían captarlo prestando atención a lo que existe en su interior.
¿Pero ésa es una proposición lógica válida?
Ciertamente, ¿pero has tratado de transmitírselo?
Nunca lo he intentado. ¿Por qué no hay ningún yo?
Si observas atentamente, descubrirás que no puedes pensar lo que eres.
¿De verdad no puedo?
No puedes.
¿Por qué?
Porque eres aquello que está pensando.
¿Y eso lo torna imposible?
Así es. Sólo podemos pensar en objetos, pero lo que piensa es el sujeto. Por consiguiente, el pensamiento no puede pensar en lo que está pensando.
¿Quieres decir que el sujeto no puede conocerse a sí mismo?
Todo lo que percibimos, pensemos lo que pensemos al respecto, es un objeto. 
Para poder percibir o conocer a nuestro yo, éste [el sujeto] no puede ser un objeto. 
Cuando pensamos, percibimos o conocemos, somos el que piensa, el que percibe o el que conoce y no una imagen objetiva en la mente.
¿Quieres decir, por ejemplo, que no puede ser expresado porque es el que está expresando, que no puede ser pensado porque es el que está pensando, que no puede ser visto porque es el que está viendo y que tampoco puede ser un objeto de conocimiento porque, en sí mismo, es lo que está conociendo?
No puede ser pensado porque es lo que está pensando ese pensamiento.
 ¿Cómo podría haber un "yo", que es necesariamente un objeto? 
¿No es tal "cosa" inconcebible? ¿Acaso lo crees factible?
 ¡Es imposible que un objeto sea su propio sujeto!
¿Quieres decir que nunca ha existido ningún yo?
Nunca ha existido, ni existe, ni existirá. Nunca ha sido, no es y nunca será. 
Es una afirmación completamente imposible, una absurda contradicción terminológica.
¿Pero no podemos ser ambos a la vez?
¿Tanto sujeto como objeto?
Sí, o uno después de otro.
En ese caso, sería dos objetos separados y consecutivos. Sin embargo, la secuencialidad sólo existe en el "tiempo" ilusorio. 
Lo que somos no está limitado en modo alguno — y sólo los conceptos están encadenados a la dualidad. 
Lo que somos, en suma, no es un concepto. 
Ése tan sólo es un condicionamiento de la apariencia.
¿Pero acaso no puedo ver tu yo y tú el mío?
¡Por supuesto que no! Todo lo que podemos ver son objetos. 
El "yo" es el que mira, no lo que se ve. 
Además, el "yo" es singular y no plural.
¿Quieres decir que el yo siempre permanece en su estado de sujeto?
No hay yo alguno que "permanezca". 
Sólo hay una función y, aunque dicha función pudiera ser algo, jamás sería un yo. 
El término no tiene otro significado.
¿Qué es, entonces, ese sujeto del objeto que, erróneamente, confundimos con el yo?
Yo, obviamente. Siempre y en todas partes.
 Nada más que yo, el yo que las traducciones del sánscrito suelen escribir con mayúscula. No hay otro sujeto.
Un mismo término para ti, para mí y para...
El escarabajo. Sí, obviamente. Sólo hay un yo que no es "nadie".
¿Qué puede ser entonces?
Aunque no existe, produce todo lo que existe mediante "su" función. Es todo lo que fuimos, somos o podemos ser.
¿Quieres decir que es eterno?
No es eterno ni no eterno, ni temporal ni intemporal, ni finito ni infinito. Pero lo que son cada uno de estos es, precisamente, lo que "eso" es.
¿Y qué es lo que somos?
También somos lo que "eso" es. ¿Qué más podríamos ser?
¡Pero no hay tal "cosa"!
No hay, nunca ha habido y nunca habrá ninguna "cosa".
¿Cómo podemos afirmarlo?
Porque el tiempo y el espacio no son más que extensiones de nuestras imágenes mentales.
¿Imágenes de qué?
Todo lo que conocemos y también lo que llamamos "nosotros mismos" no son sino imágenes de lo que somos en tanto que yo, imágenes objetivizadas como eso que parecemos ser y estamos condicionados a creer.
¿Es ésa toda tu doctrina?
¿Qué quieres decir? ¿Que tengo una doctrina? 
Eso es lo que dijeron todos los profetas, lo que todos los maestros han enseñado.
¡Pero no es eso lo que nos transmiten!
¿Quieres decir que no lo expresan de ese modo?
Evidentemente no.
Lo expresan de acuerdo al conocimiento o la comprensión mental de las personas entre las que viven.
¿Qué es, obviamente, muy diferente de la nuestra?
Y de la de los demás, tanto geográfica como demográfica y hasta cronológicamente.
¿Y qué sucede con las que no son adecuadas para nosotros?
Hacemos el intento, nos esforzamos denodadamente en tratar de comprender qué es lo que dijeron a sus contemporáneos y sólo descubrimos un proceso arduo y muy prolongado que implica la comprensión de los elementos fundamentales de nuestro condicionamiento. 
Pero muy pocos de nosotros lo logramos.
¿De modo que lo comprenderíamos mucho más claramente si lo expresáramos en un lenguaje más actual?
Tenemos que desarticular y demoler nuestro condicionamiento antes de que podamos entenderlo, una tarea que, hoy en día, es más ardua y larga de lo que fue en otros momentos y en otros lugares, porque estamos mucho más condicionados por el materialismo.      
Comprender la visión que ellos sostenían, y su complejo sustrato religioso, es una tarea excesiva para la mayoría de nosotros y no hay razón alguna para suponer que estamos más capacitados para la tarea de lo que ellos estaban.
¿De modo que la religión supone un obstáculo?
Es simultáneamente un camino y un obstáculo.
¿Por qué?
Si bien es un camino tradicional, la devoción tiene un carácter emocional y positivo. 
La afectividad es un obstáculo tan serio como la intelectualidad porque ambas nos alejan de nosotros mismos —o del verdadero "interior" que proclamara Jesús— arrastrándonos al objeto, al "otro", a la objetivación de todo pensamiento.
¿Adorar a "otro" es adorar al "yo"?
Así es pero, a menos que nos demos cuenta de ello, estamos perdidos en la oscuridad y no sabemos qué estamos haciendo. En cualquier caso, la afectividad y dialéctica fluyen hacia el exterior.
¿Porque son positivas?
Exactamente. Sólo podemos entenderlo claramente mediante la negación constante y total de todo lo que es positivo y fenoménico, la negación de la llamada "realidad" conceptual, algo que tan sólo debe dejar, de manera necesaria y evidente, aquello que somos nouménicamente.
¿Y esa aprehensión desemboca en la perfecta comprensión de nuestra relación con el universo y la realización de lo que somos?
Esa aprehensión tan sólo es una comprensión preliminar, por así decirlo, puesto que la comprensión perfecta consiste en vivir lo que se ha comprendido.
¿Y cómo puede lograrse?
No puede ser logrado. No es un logro.
¿Qué quieres decir?
Se trata de la comprensión final de que no hay nadie que pueda lograr nada y de que no hay ninguna cosa que pueda ser lograda.
¿Quién, entonces, puede hacerlo si nosotros no podemos?
¿Quiénes somos "nosotros" y quién está ahí para hacer qué o para buscar qué?
¿Nuestro yo? ¿No es eso lo que debemos descubrir?
¿No te parece que eso es como llamar a alguien que ya se encuentra en la habitación?
¿Pero, sin duda, debemos descubrir aquello que nos permite ver?
¿No te parece que es como tratar de ver las gafas que ya están en tu nariz y sin las cuales ni siquiera podrías ver?
De todos modos, soy yo quién está buscándose a sí mismo.
¿Te responde alguien cuando te llamas a ti mismo por teléfono?
¿Entonces debemos buscar en otra dirección?
¿Crees que lo descubrirás si lo buscas en una dirección equivocada?
¡Por supuesto que no! ¡Pero sí creo que lo encontraré si busco en la dirección correcta!
Ni siquiera así lo encontrarás.
¿Por qué...?
Porque, miremos en la dirección en que miremos y por más que insistamos, jamás podremos ver al que mira.

(Extraído de El Décimo Hombre)