jueves, 31 de enero de 2019

DIALOGO LUMINAR NaSi – 5. CAMINO HACIA EL PERDON


Ella fue mi primer amor con fusión orgásmica.
Yo tenía mucho miedo a amar. Lo reconozco.
Miedo a mis propios sentimientos. Miedo a sufrir si amaba.
Y a pesar de ello, deseaba aprender el lenguaje del amor, su deleite.
Recuerdo que muchas veces soñé que la besaba.
Y meses más tarde, después de haberla perdido en repetidas ocasiones.
Aproveche que estaba sola, hablamos. Fue cuando la bese, y no sentí mucho.
Muy poco, casi nada. Estaba tan bloqueado, tan a la defensiva…
Ella me dio confianza, permaneció segura, alegre.
Por dentro me bullía la sangre, sentía ganas de correr, de alejarme…
Es posible que algo dentro de mí, supiese que aquello iba a doler… y mucho
O que simplemente no podía concebir las relaciones amorosas de otro modo.
Así fue como me deje caer en su tela de araña.
En el dulce sabor de sus emociones y besos.
En el calor de su vientre, y la fuerte atracción de su piel.
….
Que podía hacer? No estaba preparado para eso.
Nadie me explico en que consiste realmente amar y madurar….
Y es posible que si me lo hubieran mostrado, no sirviese de nada.
Alguien lo está?
Supongo que no, en un primer momento solo se puede seguir al amor como un impulso.
Eso sí, con la experiencia y el paso del tiempo, uno puede ver algo más allá, de su anhelo.
Y encontrarse en medio de su propio dolor. Y sin embargo seguir como un animal herido.
Aun intentado apartarme, aun tratando de recuperar la razón. 
Me sentí derrotado, sin claridad.
Tanto me costó salir a la luz y ver la verdad desnuda. 
Una verdad negada por temor a perderla para siempre. 
Estuve perdido, y si uno se pierde, pierde también la vida que bulle en el interior.
Emocionalmente me sentí abrumado, desolado. Necesitado como un bebe.
Y sin embargo ella no tiene la culpa.
O Si?
Creo que no. Cada uno es responsable de sus decisiones.
Solo que a veces estoy incapacitado para tomarlas. Perdido mi poder, mi dignidad…
Esto después de un tiempo... se me ocurre decir que esta experiencia tal vez sea necesaria.
Para conocer el fondo del miedo y la naturaleza del sufrimiento. 
Para conocerse.

Ahora, no sé qué sentir, cuando alguien me dice que me quiere.
Cuando una mujer lo hace está queriendo algo de mí. Pero no a mí.
Solo busca su propia satisfacción. Cada vez las percibo más egoístas y manipuladoras.
No creo que haya nadie que me quiera por lo que soy, ni si quiera por como soy.
Me quieren como se quiere un objeto que se desea, por lo que aporto a sus vidas.
Por lo que pueden tomar de mí o el servicio que les puedo prestar.
Esto es lo que significa realmente querer. Es un me apeteces, te quiero tener.
Yo sé, que nadie puede tener a nadie. Eso es posesión, satanismo, perversidad.
Un ser humano no puede hacerle eso a otro.
Y sin embargo, no lo podemos evitar. 
Los hombres somos más vulnerables, no sabemos manejar nuestras emociones.
En el fondo deseamos hacerlo, porque nos gusta poseer y ser poseídos por alguien.
Necesitamos pertenecer, darnos por completo a una mujer, a una familia, a una idea.
Así llenamos el vacío. Con algo externo. Una cálida y amorosa figura femenina.
Es un estado pueril que siempre se busca. Tal vez otros sean colmados y actúen de otro modo.
Yo no, y eso tortura mi alma, una vez y otra, un poco más…

Hoy camino como un perro sin dueño.
Ni si quiera soy dueño de mi.
Camino consciente de ese vacío. Avergonzado sin orgullo alguno.
Esperando alumbrar un verdad más grande.
Nadie me puede engañar.
Ni si quiera ella. Sé que tener a todos los hombres que quiso era su camino.
Y aun así, un perdedor no sabe resistirse. Estoy seguro de que me utilizo para sus fines.
No quería saber de sus juegos y engaños. Me iba cuando presentía su distancia y la traición.
Pero podía yo satisfacer su ansia de libertad y dominio? No, desde luego que no.
Tarde demasiado en darme cuenta, cuando el sufrimiento alcanzo el fondo del abismo.
Comprendo que ella tampoco podía colmar mi necesidad de amar de verdad.
Sin embargo, cuando se fue perdí el amor por mí mismo.
Me sumí en un extraño estado de abandono, ausente del mundo de afuera.
Apenas hablaba, lloraba por cualquier cosa y era incapaz de comer y trabajar.
Mucho tiempo después puedo hablar de lo sucedido y tratar de entenderlo.
Todavía me sigo buscando. Lleva tiempo perdonarse y perdonar.


Era una niña de los “historiadores” como él era un niño del Pueblo.
El  descubrió muy pronto que ese vínculo y esa división eran mucho más que simplemente sentirse extranjero, que la oposición entre ellos era verdadera diferencia, y que su semejanza era verdadera afinidad.
Ella era la nación en busca de la cual el había abandonado su propia nación. Ella era lo que el buscaba ser. Ella era lo que el buscaba.

Lo que tenía –así le parecía a él- era un equilibrio perfecto. Cuando estaba con ella sentía que por primera vez en su vida estaba aprendiendo a andar. A andar como ella lo hacía: sin esfuerzo, sin tener conciencia de sí misma, como un animal, y sin embargo consciente, cautelosa, conocedora de todo aquello que podía desequilibrarla y utilizándolo como el funambulista utiliza su larga percha…
Esta, pensaba el, esta es una habitante en verdad libre de pensamiento, esta es una mujer libre para ser completamente humana, con esa maduración y esa gracia perfectas.

Él era absolutamente feliz cuando estaba con ella. Durante mucho tiempo el no pidió más  que eso, estar con ella. Y durante mucho tiempo ella se mostró recelosa de él, amable pero distante. El pensaba que ella tenía todo el derecho a mantener las distancias. Un chico del pueblo un hombre que no podía decir quién era su padre o su tío… el sabía lo que era , allí a los ojos de los malévolos y los inestables. A pesar de su vasto conocimiento sobre las distintas formas de la existencia humana, conservaban la basta capacidad humana para la intolerancia. Ella no tenía esos prejuicios, ¿pero que podía ofrecerle el? Ella lo tenía y lo era todo. Ella estaba completa. ¿Por qué habría de fijarse en él? Si ella solo le permitía mirarla, estar con ella, el se conformaría con eso.

Ella lo miraba. El chico le gustaba, la atraía y la asustaba a la vez. Veía también cuanto la deseaba el, cuanto la necesitaba, de qué manera la había convertido en el centro de su vida sin saberlo siquiera. Eso no podía funcionar. Trato de ser fría, de alejarlo. El obedeció, no suplico, se mantuvo alejado.

Pero quince días después el fue a ella y la llamo por su nombre y le dijo: No  puedo vivir sin ti-
Y sabiendo que estaba diciendo la verdad, ella contesto- : Entonces vivamos juntos.
Pues había echado de menos la pasión que llenaba el aire cuando él estaba presente. Todos los demás parecían tan insípidos, tan equilibrados.
El galanteo les proporciono un deleite inmediato, inmenso y continuo. Ella estaba sorprendida de si misma, de su obsesión por el chico, por dejar que el la arrastrara tan lejos de su órbita. Nunca había esperado adorar a nadie, y mucho menos que la adoraran a ella. Había llevado una vida ordenada, en la que los controles eran individuales e internos, no sociales y externos como había sido la vida de él. Ella sabía que lo que quería ser y hacer con su vida. Se había marcado una dirección, un norte, que seguiría siempre. El primer año que pasaron juntos fue una serie de continuas variaciones y cambios en la relación, una especie de excitante danza amorosa, impredecible y extática. De una forma muy gradual, ella empezó a resistir la tensión, la intensidad, el éxtasis. Era delicioso, pero no estaba bien, pensaba.
Ella quería seguir adelante. Esa dirección constante empezó a alejarla de el de nuevo; y entonces el lucho desesperadamente contra ella.
Eso era lo que estaba haciendo después de un largo día recorriendo la costa. Un viento gélido gemía entre los acantilados de piedra. Podían haber sido hermano y hermana, sentados en el brillo incandescente de la estufa, el mismo color de piel, el mismo cabello grueso, liso y negro, la misma constitución ligera y compacta. Los movimientos y la voz decorosos y reposados de él, contrastaban con la respuesta articulada, más rápida, más viva de ella.
Sin embargo, ella habla despacio ahora, casi con ceremoniosidad….
- No me obligues a elegir –decía-
……………….

Sin Ti No Soy Nada
Sin ti no soy nada,
Una gota de lluvia mojando mi cara
Mi mundo es pequeño y mi corazón pedacitos de hielo
Solía pensar que el amor no es real,
Una ilusión que siempre se acaba
Y ahora sin ti no soy nada
Sin ti niña mala,
Sin ti niña triste
Que abraza su almohada
Tirada en la cama,
Mirando la tele y no viendo nada
Amar por amar y romper a llorar
En lo más cierto y profundo del alma
Sin ti no soy nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Me siento tan rara
Las noches de juerga se vuelven amargas
Me río sin ganas con una sonrisa pintada en la cara
Soy sólo un actor que olvidó su guion,
Al fin y al cabo son sólo palabras que no dicen nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
Qué no daría yo por tener tu mirada
Por ser como siempre los dos
Mientras todo cambia
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Los días que pasan
Las luces del alba
Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
Qué no daría yo por tener tu mirada
Por ser como siempre los dos
Mientras todo cambia
Porque yo sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada
Sin ti no soy nada


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